Pintor español destacado en el siglo XX. Forma parte del Grupo Pórtico de Zaragoza hasta desembocar en el informalismo. En París abandona esta tendencia para recrear una poética figurativa muy personal, con una figuración muy sutil y expresionista en la que la conjunción de la luz y el color son sus principales aliados.

En 1947 funda junto a Santiago Lagunas y Eloy Laguardia el Grupo Pórtico de Zaragoza, pionero en España en desarrollar y asumir la abstracción como lenguaje artístico. Las investigaciones de Aguayo en el seno del grupo, con el que participa en diferentes exposiciones, le llevan a ensayar diversas formulaciones abstractas.

En 1952, al disolverse el grupo Pórtico, abandonó Zaragoza para instalarse en París; donde trabajo y se inclinó por el informalismo hasta desembocar, a finales de los cincuenta en una nueva figuración en la que la luz, el color y la soledad adquirieron un gran protagonismo.

Alfonso Albacete se trasladó de joven a Murcia con su familia, donde fue discípulo del artista Juan Bonafé. Se formó con él y posteriormente estudió Bellas Artes y Arquitectura en Valencia y Madrid. Este artista pertenece a la generación de finales de los setenta, conocida por abandonar experiencias conceptuales anteriores para retomar la pintura desde la perspectiva de las vanguardias históricas. Siguiendo estas influencias se sintió especialmente impactado por el expresionismo abstracto y el pop art estadounidenses, y por artistas como Jasper Johns Richard Diebenkorn o Helen Frankenthaler.

La pintura de Albacete se centra sobre todo en un cromatismo vital y abierto influido por la abstracción americana y el pop art y en la que integra figuración y abstracción.

Su obra ha evolucionado desde el realismo hasta la nueva figuración con una tendencia claramente expresionista, que se observa en el uso de colores fuertes y vivos. La figura humana, el bodegón y el paisaje dan paso en los noventa a planteamientos más abstractos.

Alfonso Albacete se ha convertido en uno de los principales referentes de la renovación pictórica española del siglo XX.

Nacido durante la guerra civil española y educado en Madrid, Eduardo Arroyo vive exiliado en Francia durante la dictadura franquista hasta que regresa a España en 1976 con la democracia. Arroyo representa la continuidad de una identidad de artista que generaron las vanguardias en los años treinta, y a cuya configuración contribuyen decisivamente artistas españoles como Pablo Picasso y Joan Miró

Considerado uno de los pintores más importantes del siglo XX, es un exponente del realismo políticamente comprometido y de la “figuración narrativa”. Su actitud crítica ante la dictadura provocó que se exiliase en París, donde residió cerca de dos décadas y donde logró reconocimiento internacional.

En su carrera se diferencian dos etapas: el exilio (1958-1976) y después del exilio (1976-1998). Su pintura de los años sesenta se aproxima a las tendencias de la Nueva Figuración y el Arte Pop, destacando en sus representaciones la ausencia de profundidad espacial y perspectivas planas. No obstante, su obra está dominada por la temática española, interpretada desde la ironía y la crítica en respuesta a la situación política de la época, que abordará con mayor frecuencia en su obra a partir de los años ochenta

Arroyo también se dio a conocer al gran público por sus trabajos como escenógrafo y por sus diseños de vestuario.

Bonifacio Alfonso es uno de los principales protagonistas de la abstracción vasca del siglo XX. Creador de un lenguaje muy personal, sus obras muestran un estilo expresionista propio, con un marcado subjetivismo y a medio camino entre el surrealismo y el expresionismo abstracto.

Relacionado con la escuela abstracta de Cuenca, su arte delata influencias de figuras extranjeras como Roberto Matta, Willem de Kooning y el grupo Cobra. En su obra se aglomeran mundos deformes, formas aparentemente inacabadas, paisajes con seres entrelazados...; todo ello realizado con un cromatismo muy especial ya que en su pintura lo importante es el color y el dibujo donde plasmarlo

En 1955 recibe el Primer Premio de Pintura de San Sebastián y se matricula en la Escuela de Artes y Oficios. Esta etapa resulta fundamental, tanto por la formación que recibe como por su relación con dos de las grandes personalidades del arte vasco no figurativo: Jorge Oteiza (1908-2003) y Eduardo Chillida (1924-2002).

A finales de los años cincuenta se traslada a París donde, donde descubre las corrientes plásticas más vanguardistas. Durante este periodo Bonifacio realiza una pintura abstracta de tintes informalistas que sienta las bases de su trabajo de madurez.

Una década después participa en la elaboración de las vidrieras de la catedral de Cuenca, donde contactó con otros importantes artistas del momento y aprende la técnica del grabado gracias a Antonio Lorenzo (1922-2009), consagrándose como un gran artista dentro de esta práctica.

Rosa Brun Jaén es catedrática de pintura en la Universidad de Granada y coordinadora del Seminario Permanente de Arte Contemporáneo. Desde los años setenta, Brun aboga por un conceptualismo cada vez más presente en sus obras, tendente a la simpleza conceptual y propiciando la experimentación sensorial aportada por los colores, las texturas y los volúmenes.

Desde el comienzo de su carrera artística ha manifestado interés por la interrelación entre la pintura y la escultura y con el tiempo, comenzó a interesarse además por la relación que se crea entre sus obras, el espacio expositivo y la arquitectura del museo. Su estilo pictórico se enmarca en el minimalismo abstracto de los noventa; con una propuesta estética donde el color es determinante. Amplias superficies monocromas se relacionan con el entorno, invitando al espectador a indagar sobre la estructura de la obra y nuestra propia percepción.

Su faceta como docente en la Universidad ha enriquecido su creatividad y espíritu crítico que ha supuesto una continua reflexión en torno a su propia actividad artística.

Carmen Calvo es una de las artistas visuales más importantes de España. A través de su obra, indaga de una manera crítica y poética en la memoria de nuestro país. Tras estudiar Publicidad y Bellas Artes en Valencia, se instaló en Madrid entre 1983 y 1985 y luego en París, donde vivió hasta 1992.

Con una obra conceptual vinculada al Surrealismo y al Pop Art; su producción abarca escultura, objeto, instalación, pintura, cerámica y fotografía. La reapropiación y la intervención de objetos encontrados y de imágenes como fotografías y fragmentos de revistas son una constante en su trabajo. Su interés por la arqueología se refleja también en su obra, que incluye fragmentos de cerámica y barro en sus composiciones plásticas, de forma que este elemento se convertiría en un icono de su trabajo.

A partir de finales de la década de los noventa, empieza a introducir la imagen fotográfica en sus obras y crea escenografías a base de instalaciones e intervenciones, muchas de ellas en edificios públicos y de carácter permanente.

La obra de Carmen Calvo forma parte de los más prestigiosos museos y colecciones y ha sido parte de importantes exposiciones tanto nacionales como internacionales. Su proyección internacional ha ido creciendo desde que representó al pabellón español en la Bienal de Venecia de 1997 junto a Joan Brossa.

Rafael Canogar es uno de los principales representantes del arte abstracto en España. Pionero del informalismo en los años cincuenta, se adentró en la abstracción desde lo matérico y lo gestual. Su incansable investigación creativa le ha permitido crear un lenguaje propio y en constante evolución.

Desde sus obras figurativas de carácter crítico que sucedieron a su etapa informalista, hasta su vuelta a la abstracción; su pintura ha tenido como argumento la idea de una renovación permanente y ha marcado la evolución de la vanguardia desde los años cincuenta hasta hoy.

A mediados de la década de los cincuenta su obra se torna abstracta, con ciertos rasgos mironianos. En 1957 se introduce de lleno en la pintura informalista, siendo miembro fundador del grupo El Paso. En ese período la materia pictórica, llevada al lienzo directamente y extendida con las manos o la espátula en trazos enérgicos; crea composiciones de gran fuerza expresiva y gestual en las que tonalidades de blancos, grises y el negro son el color principal en la formación de la imagen.

Durante los años sesenta abandona el informalismo y se inclina hacia la figuración, iniciando una etapa más realista y de denuncia social. A finales de los setenta, Canogar siente la necesidad de volver de nuevo a la abstracción y a expresarse con medios exclusivamente plásticos; introduciendo formas geométricas que le permiten reordenar la composición.

La exitosa carrera de Rafael Canogar ha sido muy reconocida y sus obras se pueden contemplar en diferentes museos, galerías y colecciones de arte.

Hijo del pintor Elías García, Honorio García estudió en la Escuela de Bellas Artes de Zaragoza, donde su padre era profesor. Su primera etapa fue de carácter realista y expresionista, pero evolucionó progresivamente hacia la abstracción y una simplificación de las formas; muy influido por la escultura africana, la íbera y la cubista. El gran tema de su producción escultórica es la figura humana, con preferencia por el desnudo femenino y la maternidad.

En 1928, durante un viaje a París, conoció a Hernando Viñes, quien lo introdujo en el entorno de la vanguardia artística. Su experiencia en Francia, la huella de Picasso y el cubismo, la escultura africana y la ibérica dejaron huella en su figuración; que se hizo cada vez más abstracta, con un recorrido paralelo al de otros escultores contemporáneos.

Vinculado al dadaísmo y el surrealismo, el hermetismo y la estima por su tierra son rasgos característicos de Modest Cuixart. Sus diferentes etapas van desde el magicismo de la revista “Dau al Set” de finales de los años cuarenta hasta mediados de los cincuenta; a la experimentación matérica de los años sesenta, el informalismo a los setenta y una tendencia erótico-mágica de la figura humana entre los ochenta y noventa donde empezará una etapa de introspección y fabulación en la naturaleza.

Junto a su primo Antoni Tàpies, conocieron a otros artistas con las mismas influencias intelectuales, con los que fundaron la revista “Dau al Set”. Este grupo conocido por su vanguardismo se convertiría en un referente en la historia del arte de Cataluña. El punto de unión del grupo y con el que pretendían ir más allá de los límites establecidos, era su estilo surrealista: usaron la imaginería onírica y la literatura de corte incongruente como fuentes de inspiración.

A mediados de los años cincuenta, en sus estancias en París y Lyon, se inclinó por el informalismo, probando texturas y relieves, nuevos materiales como pigmentos de oro, plata y emulsiones metálicas, y nuevas técnicas como el dripping o goteo. Cuixart incorporaba todo tipo de objetos en la tela, un aspecto que le condujo hacia un pop art muy personal y próximo al assemblage neodadaísta, con obras muy oscuras y figuras convulsas.

Además de sus creaciones como pintor y escenógrafo, Cuixart llevó a cabo una extensa producción en el campo de la obra gráfica. Tras atravesar las etapas iniciales ligadas sucesivamente al surrealismo y al informalismo, su estilo se inscribe en una figuración expresionista, con predominio de los temas eróticos y numerosas representaciones de figuras femeninas, que cederán en los noventa a trabajos relacionados con una visión simbólica de la naturaleza.

Su infancia transcurrió en la comarca castellana de Tierra de Campos, y ese paisaje de Castilla es el que se asocia su pintura. Tras asimilar las enseñanzas del cubismo, Juan Manuel Díaz-Caneja construyó un paisaje nuevo e íntimo. En 1923 se trasladó a Madrid para comenzar estudios de arquitectura, y fue allí donde estableció sus primeros contactos con la renovación artística y literaria. Ingresó en la Academia Libre de Pintura de Daniel Vázquez Díaz, quien lo introdujo en el arte vanguardista y cuya figura fue determiante para él.

Desde su viaje a París en 1929 y durante los años treinta su obra muestra, a través de tonos pardos y ocres, el Cubismo y el Constructivismo en su mayor grado de abstracción. Tras la guerra civil española su temática pasa a centrarse en los paisajes castellanos; de cargado simbolismo por sus orígenes y como forma de evitar la censura.

Pasó tres años en la cárcel, y durante esa etapa pintó alguna de sus obras más reconocidas. En los años cincuenta su pintura se afianzó, con la consolidación de la temática del paisaje a través de un método propio que consistía en la geometrización de todo el cuadro. La década de los sesenta supuso la internacionalización de su obra. A partir de los años ochenta compuso una serie de pinturas de extremada alegría en el color y de una furia totalmente liberada en la ejecución de su pintura. Díaz-Caneja es sin duda uno de los pintores esenciales del siglo XX español.

Aunque comenzó a estudiar arquitectura en Madrid, donde se relacionó con otros artistas de la época como Buñuel, Lorca y Dalí, cuyo estilo surrealista influenciaría su obra; Óscar Domínguez abandonó pronto la carrera para dedicarse a la pintura.

En 1936 se trasladó a París, donde entró en contacto con artistas surrealistas y comenzó a desarrollar su propio estilo; en el que sus decalcomanías, que partían de un procedimiento nacido del azar, producían un sugerente resultado abierto a la interpretación. Esta técnica se difundió rápidamente e influyó en la pintura informal de los años cincuenta.

En 1945, al ser expulsado del grupo, comenzó una etapa influenciada por la obra de Giorgio de Chirico (1888-1978) y Pablo Picasso (1881-1973); cuya amistad le llevó a practicar el cubismo, al que aporta una iconografía surrealista. Entre finales de los cuarenta y principios de los cincuenta transcurre su período "esquemático", con composiciones más serenas y equilibradas y un cromatismo más grave; delimitado por su característico "triple trazo" blanco y negro. A lo largo de la década de los cincuenta trabaja en los límites de la abstracción, que abandona en el último año de su vida para reavivar su inicial interés por el automatismo. Su obra plasmó un surrealismo ecléctico, de base casi naturalista y académico.

Formado por Joan Cardells (1948-2019) y Jorge Ballester (1941-2014), Equipo Realidad nació en Valencia en 1966, en pleno contexto del desarrollismo franquista. En ese contexto se unió a la figuración crítica, que desarrollaba una pintura de fuerte carácter político y de apropiación de imágenes procedentes de la realidad cotidiana y de la historia del arte.

A través de temáticas seriadas, el Equipo analiza la transformación social de los años sesenta, marcada por la tecnificación, el consumismo y el despegue de los medios de masas. Su toma de posición crítica, desmitificadora de la sociedad de consumo, subyace en el tratamiento iconográfico de los símbolos, que presentan siempre una doble e irónica lectura evidenciada en 86 misses en traje de baño.

Diez años más tarde de su creación, el grupo se disuelve voluntariamente cuando, con el nuevo escenario de la transición democrática, sus integrantes consideran la necesidad de finalizar su proyecto.

Pepe Espaliú es uno de los artistas más destacados de la generación española de los ochenta. Pintor, escultor, dibujante y escritor; desarrolló una obra coherente y significativa relacionada con la reflexión sobre la propia identidad. Se trasladó a Barcelona en 1974, ciudad en la que formó parte de diversos colectivos artísticos; exponiendo obra conceptual. Más tarde se trasladó a París, donde siguió los cursos que impartió el psicoanalista Jacques Lacan, que marcaron profundamente su obra; y donde regresó a la pintura bajo la influencia del movimiento Figuration libre.

El artista cordobés aborda en sus obras temas como la convivencia del sufrimiento y el placer, el aislamiento o la herida; que lo acercan conceptualmente a los trabajos de Louise Bourgeois. A partir de 1986 alcanza fama por su obra pictórica y escultórica. Expone en Ámsterdam, Venecia, Nueva York y París; y se convierte en uno de los artistas españoles con mayor proyección internacional del momento.

Tras conocer su enfermedad en 1990, la obra de Espaliú adquiere un simbolismo incluso mayor, a través de sus esculturas de jaulas y muletas, el artista alude a su padecimiento y lo extrapola. Esta concepción de lucha frente a la incomunicación provocada por el sida alcanza su punto álgido en Carrying Proyect; una serie de esculturas con forma de palanquines de hierro y sillas cubiertas por una caja cerrada. A su trabajo se le debe una de las más profundas conceptualizaciones de la vivencia del SIDA, enfermedad motivo de su fallecimiento y con la que dialogó valientemente en el plano artístico y sobre la que produjo algunas de sus obras más importantes.

El escultor Ángel Ferrant inició su carrera trabajando como profesor en la Escuela de Artes y Oficios de A Coruña; y creando obras del realismo academicista como La cuesta de la vida (1910). Su estancia en Barcelona entre 1920 y 1934 propicia el cambio de su lenguaje clasicista hacia uno moderno, caracterizado por la síntesis de las líneas que tiende a la abstracción.

Varios hechos marcan el posterior trabajo de Ferrant y su fortuna como maestro de siguientes generaciones. Por un lado, su participación en la fundación del grupo ADLAN (Amics De L’Art Nou) en 1931. Por otro, desde 1945 reconsidera los objetos hallados, dentro de la poética de Objet Trouvé. Trabaja principalmente con objetos naturales como piedras, palos o conchas, y los transforma en conjuntos denominados por él de “expresión inutilitaria”. Este principio se amplifica a finales de los años cuarenta, al encontrar en el arte prehistórico un ejemplo estético y formal para sus piezas escultóricas.

Pintor, arquitecto y escultor asociado a la abstracción constructivista; Mathias Goeritz abandonó sus estudios en medicina para estudiar historia del arte, disciplina en la que se doctoró. En 1941 se trasladó a España, donde trabajó junto a importantes artistas de la vanguardia como Joan Miró y Ángel Ferrant.

En 1948 el escritor, periodista y filósofo Eugeni d’Òrs nombró a Mathias Goeritz miembro de la Academia de las Artes, en reconocimiento a un proyecto que desarrolló en Santillana del Mar con Ángel Ferrant, Ricardo Gullón y Pablo Beltrán Heredia. Con ellos compartió el interés de fomentar el desarrollo del pensamiento de la modernidad desde el arte abstracto, en un proyecto pedagógico llamado Escuela de Altamira.

A Mathias Goeritz le gustaba confrontar conceptos filosóficos con la experiencia obtenida al estudiar movimientos de vanguardia europea donde la emoción y el misterio de las formas podían convertirse en un estado de ánimo que hermana a los seres humanos desde su experiencia con el arte.

Licenciada en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, Sofía Jack es una artista española que utiliza el dibujo, la animación, la fotografía y la escultura como medios de expresión.

A comienzos de la década de los noventa, la obra de Sofía Jack combinaba medios como la fotografía y las formas tridimensionales y, de manera prioritaria, el dibujo y la animación digital. Estos dos últimos lenguajes le han servido para crear un discurso que invita al espectador a involucrarse en unas narraciones fragmentarias y desconcertantes. La cárcel, el cuadrilátero de boxeo, el gimnasio o el hogar se convierten en espacios metafóricos, a los que Jack traslada cuestiones psicológicas complejas e indaga sobre nuestros hábitos y comportamientos.

Pintor y arquitecto español iniciador de la abstracción pictórica en España, Santiago Lagunas ingresa en 1929 en la Escuela de Arquitectura de Madrid, titulándose en 1940. En 1947 funda el Grupo Pórtico, primer movimiento de pintura abstracta del país. El grupo, que toma el nombre de la librería zaragozana en la que exponían sus miembros, marca una línea innovadora en el panorama español de posguerra.

La pintura de Lagunas fue evolucionando hacia la abstracción, sin olvidar algunas pervivencias figurativas de carácter intimista y expresionista. Desde su creación y hasta 1951, Lagunas participó en numerosas exposiciones con el Grupo Pórtico.

A principios de la década de los cincuenta, debido de una crisis personal, Lagunas dejó de lado la pintura, y se volcó en su actividad como arquitecto. En 1974 reemprende su actividad pictórica, retornando a la abstracción y pintando de forma continuada hasta su muerte.

Menchu Lamas emigró a Venezuela y regresó a Galicia a los ocho años. Estudió Diseño Gráfico en Madrid y comenzó su carrera artística con el Colectivo da Imaxe. En la década de los ochenta forma parte de Atlántica, un grupo de artistas interesados en romper con el modernismo manierista propio de la época, y en situar el arte gallego en el panorama internacional.

Lamas pertenece a una generación de artistas gallegos que, tras la dictadura, crearon un discurso plástico con referencias al arte rupestre, románico, de leyendas campesinas; entre tradición y modernidad, abstracto y figurativo. Sus primeras obras son abstractas, evolucionando hacia una iconografía figurativa con animales y humanos. Su trabajo se caracteriza por un cromatismo vivo y una síntesis en las formas influida por el movimiento Pop. Para ello, Lamas emplea amplias pinceladas y colores primarios con los que crea obras de gran formato que se mueven entre lo íntimo y lo monumental.

Su pintura está presente en importantes colecciones como el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid y el MACBA. En 2010 recibió el Premio Cultura Galega das Artes Plásticas, y en 2018 ingresó en la Real Academia Gallega de Bellas Artes.

Desde los inicios de su carrera, Rogelio López Cuenca trabaja en la fusión de la poesía con las artes visuales y los medios de comunicación de masas. Desplazando la escritura fuera de la página, practica una poesía visual propia que se mueve dentro de la pintura, la instalación, la intervención urbana y la edición.

En sus inicios, el artista investiga la música y el trabajo colaborativo, mostrando en su obra preocupaciones como el espacio urbano, el lenguaje popular y el vanguardista. A partir de 1992, marcado por la exposición Universal de Sevilla, empieza a realizar intervenciones críticas con el sistema contemporáneo; concentrándose en cuestiones políticas como la inmigración, la memoria histórica y la especulación urbanística.

López Cuenca toma imágenes y textos provenientes de diferentes medios de la alta y la baja cultura, que suele colocar en dispositivos publicitarios; con el fin de denunciar situaciones de violencia y discriminación.

Chema Madoz cursó Historia del Arte en la Universidad Complutense entre 1980 y 1983; al tiempo que estudiaba fotografía en el Centro de Enseñanza de la Imagen. La Real Sociedad Fotográfica de Madrid expuso su primera muestra individual en 1984. En 1988 inauguró en el Círculo de Bellas Artes su programación de fotografía.

Después, en 1990, comenzó a desarrollar el concepto de objetos, tema constante en su fotografía hasta hoy. La obra de Madoz apela a la imaginación del espectador y lo convierte en cómplice de sus juegos de lógica; invitando a una nueva interpretación del objeto. A través de un lenguaje elaborado y único de metáforas poéticas e inesperadas; sus imágenes en blanco y negro descontextualizan el objeto fotografiado, confiriéndole un nuevo significado que adquiere un sentido subjetivo para el observador.

En el año 2000 Madoz recibió el Premio Nacional de Fotografía de España. Se trata de uno de los creadores españoles con mayor proyección internacional; gracias a su lenguaje fotográfico cercano y accesible, y a un cuidado exquisito de la luz y los materiales.

Sigfrido Martín Begué es uno de los exponentes más brillantes y dinámicos de la “movida”, el movimiento de finales de los años setenta que alentó el despertar de la democracia española.

Formado en disciplinas como la arquitectura y las bellas artes, y dotado de gran talento; el artista madrileño desplegó una brillante carrera como pintor, ilustrador, escultor y diseñador de escenografía. Se convirtió así en un exponente de la vanguardia artística española.

Sus creaciones se caracterizan por un toque humorístico. Su pintura conceptual y alegórica está repleta de alusiones enigmáticas desde un punto de vista narrativo. Begué concebía el arte como una historia que contar a los demás y de fácil lectura. Además, Sigfrido le daba gran importancia al futuro de la pintura contemporánea desde una perspectiva optimista, tratando de comprender este arte como símbolo del desarrollo cultural.

Antoni Miralda es uno de los artistas más versátiles e ingeniosos de la vanguardia española de los últimos cuarenta años. El estudio de la memoria inmaterial es uno de los ejes temáticos más significativos de su obra, así como la comunicación.

Ha trabajado con objetos, mixed-media y happenings, siempre relacionados con la idea de la fiesta, las liturgias ceremoniales, los ritos florales, las procesiones, etc. En 1967 y 1968 se dedicó a la alquimia de las metamorfosis con sus “objetos comestibles”, como paisajes o banderas que recrea en su obra que muestran una precoz preocupación antropológica por el ritual.

En 1971 se trasladó a Nueva York, y desde entonces su trabajo se centra en el espacio público en Estados Unidos y Europa. Sus proyectos parten de la investigación y se desarrollan durante diversos períodos con la participación de numerosos colaboradores y del espectador. A mediados de los noventa, partiendo del concepto de comida como cultura; creó junto con la chef Montse Guillén el FoodCultura Museum, un archivo de proyectos múltiples con una amplia trayectoria de actividades y exposiciones.

Antoni Miralda es uno de los artistas más versátiles e ingeniosos de la vanguardia española de los últimos cuarenta años. El estudio de la memoria inmaterial es uno de los ejes temáticos más significativos de su obra, así como la comunicación.

Ha trabajado con objetos, mixed-media y happenings, siempre relacionados con la idea de la fiesta, las liturgias ceremoniales, los ritos florales, las procesiones, etc. En 1967 y 1968 se dedicó a la alquimia de las metamorfosis con sus “objetos comestibles”, como paisajes o banderas que recrea en su obra que muestran una precoz preocupación antropológica por el ritual.

En 1971 se trasladó a Nueva York, y desde entonces su trabajo se centra en el espacio público en Estados Unidos y Europa. Sus proyectos parten de la investigación y se desarrollan durante diversos períodos con la participación de numerosos colaboradores y del espectador. A mediados de los noventa, partiendo del concepto de comida como cultura; creó junto con la chef Montse Guillén el FoodCultura Museum, un archivo de proyectos múltiples con una amplia trayectoria de actividades y exposiciones.

La obra de Alfonso de Olivares, interrumpida por su muerte antes de la guerra civil española; destaca por su libertad y originalidad entre los pintores de la Generación del 27 y la primera Escuela de París. Estudió Derecho en Madrid y se formó como diplomático; instalándose en la capital francesa en 1923, donde apoyó a jóvenes artistas y creó una de las escasas colecciones de arte moderno del momento.

Influenciado por el cubismo y más tarde por el surrealismo, su estilo evolucionó de forma muy personal y con total libertad. Experimentó con la abstracción hasta decantarse por un surrealismo no figurativo en los que las figuras, los paisajes estilizados, las composiciones abstractas, París, el circo y las ferias son los temas protagonistas.

Olivares vivió entre París y Madrid hasta su muerte en 1936. Su obra, escasa y poco conocida, se ha expuesto en contadas ocasiones en España reconociendo su contribción a la vanguardia española.

Jorge Oteiza es uno de los artistas vascos fundamentales del siglo XX. Inició su actividad de forma autodidacta en los años veinte, con obras influenciadas por las vanguardias de la época, como el cubismo y el primitivismo. Con la intención de investigar la escultura precolombina, en 1934 viajó a América del Sur, donde permaneció hasta 1948. Al volver a España, ganó por concurso la realización de la estatuaria para la Basílica de Nuestra Señora de Aránzazu, en Oñate (Guipúzcoa), una obra controvertida que no pudo terminar hasta 1968 por la oposición de la Iglesia. En los años cincuenta renunció a la figuración y comenzó un proceso de vaciado que le llevaría hacia una escultura vertical y ligera que bautizó como la “transestatua”. La investigación en torno a volúmenes geométricos básicos como el cubo, el cilindro y la esfera, y el diálogo con la luz y la sombra; articularon una línea de trabajo que Oteiza calificó de «propósito experimental». Este proyecto fue galardonado con el Primer Premio de Escultura de la Bienal de Sâo Paulo en 1959.

Tras este reconocimiento, en el cénit de su trayectoria, decidió abandonar la escultura para dedicarse a temas conceptuales y teóricos. En los años setenta recuperó la práctica escultórica trabajando en obras de pequeño formato y con materiales como yeso, papel, aluminio y cartón.

Entre múltiples exposiciones, Oteiza participó en 1988 participó como artista invitado en el Pabellón Español de la Bienal de Venecia. Su obra se encuentra, entre otras, en las colecciones del Solomon R. Guggenheim Museum de Nueva York, el MNCARS de Madrid, la Fundación Juan March de Palma de Mallorca, el Museo Guggenheim de Bilbao y el MACBA de Barcelona.

Los proyectos específicos de Ester Partegàs están fuertemente vinculados a la presencia del consumismo en los espacios públicos. Sus instalaciones reproducen los elementos genéricos que forman nuestro paisaje urbano, para mostrarnos lo que normalmente no vemos.

Su trayectoria artística comenzó a perfilarse fuera de España con buena recepción crítica, impulso que facilitó la presentación de sus proyectos en nuestro país. Partegàs ha desarrollado una temática que explora el paisaje urbano del a sociedad de consumo. Artista multidisciplinar, transita con facilidad por el dibujo, la pintura, la escultura y la instalación; aunque en el desarrollo formal de sus trabajos persistan aspectos volumétricos y espaciales que la llevan a definirse como escultora. En muchas de sus obras manifiesta su interés por el poder de la palabra y su confrontación con el reino de la imagen.

Su obra se formaliza en diferentes formatos, muchas veces combinados; como la instalación, el vídeo, la pintura, la fotografía o trabajos murales. Denuncia los efectos perversos del consumismo, la pérdida de identidad o la deshumanización que comporta la vida urbana.

Considerado un artista total por su dominio de múltiples disciplinas, Guillermo Pérez Villalta estudió Arquitectura, carrera que acabó abandonando para dedicarse a la pintura. Su obra, muy comprometida con la libertad artística está muy vinculada a la Nueva Figuración Madrileña de los años setenta, de la que fue una figura central.

Durante su primera etapa en la década de los años setenta, Pérez Villalta realiza una pintura de estilo manierista, muy colorida con influencias barrocas. Con el paso del tiempo abandona los colores puros para utilizar tonos más terrosos. Sus obras muestran una clara influencia de los estudios de arquitectura, elaborando composiciones geométricas en las que introduce elementos simbólicos y mitológicos. En sus composiciones eclécticas, incluso laberínticas, los motivos tradicionales y modernos dialogan y conviven.

Frente a los valores de cierta modernidad abstracta (autenticidad de los materiales y pureza formal), la pintura de Villalta es de naturaleza totalmente narrativa. Su interés por temas mitológicos y religiosos le distingue de la corriente mayoritaria de la pintura actual.

Gerardo Rueda fue un pintor y escultor reconocido dentro del panorama artístico abstracto español del siglo XX. Fundó el Museo de Arte Abstracto español de Cuenca junto a Fernando Zóbel y Gustavo Turner. Durante su trayectoria artística trabajó el cubismo; aunque con el tiempo evolucionó hacia la abstracción constructivista, caracterizada por el orden y el equilibrio.

En su primera etapa abundan los paisajes de volúmenes arquitectónicos, tridimensionalidad que acentúa hasta convertirla en efectiva a lo largo de su producción. Desde finales de los años cuarenta, Rueda se adentra en la abstracción a través de geometrías. Las obras conservan referencias claras a sus primeros paisajes, pero presagian su incursión definitiva en las formas puras abstractas, a partir de los años sesenta.

Rueda se siente atraído por el espacialismo italiano, que descubre en su viaje a Italia en 1960, como representante español en la XXX Bienal de Venecia. Desde entonces desarrolla un arte que tiene más relación con los pintores monocromos internacionales que con sus compatriotas informalistas.

La tridimensionalidad de sus obras aumenta cuando, a finales de los años setenta, incorpora diversos restos de carpintería a sus obras. Las diferencias en materia, textura o color de estos “materiales humildes” interesan profundamente a Rueda, que comienza a usarlos también en sus esculturas Entre ellos hay piedras, metal, barro cocido, madera y elementos sintéticos; como se aprecia en las trece esculturas presentes en la exposición.

Ángeles Santos fue una pintora y artista gráfica española cercana a la generación del 27. Sus comienzos se relacionan con las estéticas del surrealismo y del expresionismo. Aunque más tarde apuntaría hacia un postimpresionismo de paisajes e interiores, la obra de Santos se caracterizará por una fuerte carga de expresión en torno al rol de la mujer en el contexto que le tocó vivir.

El caso de Ángeles Santos es singular por su pronta madurez pictórica tras haber explorado diferentes corrientes estéticas. Resulta determinante la influencia del Realismo Mágico que Franz Roh publica hacia 1925, y marcará a toda una generación. Otro viraje de su obra irá encaminado a la Nueva Objetividad y el expresionismo, recurriendo a pintores clásicos como Goya o Gutiérrez Solana.

Tras la dictadura franquista, cuando renace el interés por las vanguardias, Ángeles Santos se populariza gracias a sus obras primigenias, que la han situado en uno de los lugares más destacados del arte español del siglo XX.

En 2003 fue condecorada con la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes, otorgada por el Ministerio de Cultura de España; y en 2005 recibió de la Generalidad de Cataluña la Creu de Sant Jordi.

Escultor vinculado desde sus inicios a la vanguardia española de principios del siglo XX, Eudald Serra fue un pionero del surrealismo, amigo de Miró y discípulo de Ángel Ferrant. También un gran coleccionista de objetos de culturas no europeas, especialmente de Japón y Nueva Guinea.

Inició sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios de La Lonja de Barcelona en 1929 y fue alumno de Ángel Ferrant, cuya influencia se manifiesta en sus primeras obras abstractas. En esta etapa de juventud, Serra fundó en 1935 el grupo ADLAN (Amigos de las Artes Nuevas) junto a Ramón Marinel y Jaume Sans.

Eudald Serra tuvo un especial interés por el arte japonés, país donde vivió trece años. Allí conoció a importantes ceramistas y el movimiento estético Mingei Undo, que marcó profundamente su trabajo. Durante la guerra civil española se instaló en Kobe y comenzó a esculpir influenciado por modelos coreanos y la estética japonesa

. En los años cincuenta su obra se transforma en estructuras más rígidas, e influenciado por la estética oriental, se interesa por la dicotomía del espacio entre lleno y vacío. Como buen admirador del neglected art o arte olvidado, y de las expresiones populares de otras culturas; en su taller de Barcelona guardó las obras de arte etnográfico que recogió a lo largo de su vida en sus viajes por Asia, África y Oceanía; creando una de las mejores colecciones de arte popular no europeo. En la actualidad la conservan el Museu Etnològic y la Fundación Folch de Barcelona.

Montserrat Soto trabaja la fotografía y las instalaciones. Su obra explora el espacio, el lugar y el paisaje analizando el vacío. Algunas de sus series más exitosas documentan almacenes de museos y casas de coleccionistas.

Formada en la Escuela Massana y la School of Fine Arts de Grenoble, Soto realizó su primera exposición individual en 1990, al mismo tiempo, experimenta con la fotografía, su principal medio de expresión artística y trabaja también con videoinstalaciones y diseño de escenarios. La artista ha tejido una trama de interacciones en torno al concepto del espacio como lugar de experiencia y de tránsito, donde la memoria se enfrenta al carácter dinámico de la realidad.

m Entre 1998 y 2006 creó la vídeo instalación Secretos. Memoria oral; en la que explora el lugar en el que estaba enterrado su abuelo, fusilado durante la guerra civil española; y cuyo cadáver fue recuperado con ayuda de la Asociación de la Memoria Histórica.

En el 2005 expuso en el Museo Reina Sofía Tracking Madrid, en la que utilizó tecnología Flexible Media Tools. Gracias a ella, las imágenes fueron capaces de mostrar la construcción y la destrucción, explorando el paisaje y los efectos del desarrollo urbano y reflexionando sobre la relación del hombre con la naturaleza, tema en el que la artista está especialmente interesada.

Artista de formación prácticamente autodidacta, impregna su imaginario en el que conviven abstracción y figuración. Sus primeras obras se caracterizan por la gran cantidad de materia pictórica que se utiliza en su elaboración y la abundancia de referencias a su Galicia natal. Con los años, evoluciona hacia el expresionismo abstracto para combinarlo en los años ochenta con la introducción de la figuración y el naturalismo. Influenciado por el arte pop, desarrolla en series una pintura de acento lírico, paisajes propios de sutil simbología y referencias a sus inabarcables y diversos intereses.

Xesús Vázquez ha participado desde 1968 en unas 400 exposiciones individuales y colectivas celebradas en galerías, centros de arte, museos, fundaciones y ferias de arte.

Su obra se encuentra en museos y colecciones internacionales como Collection Dobe (Zúrich), Museo Cantini (Marsella), CGAC (Santiago de Compostela), MNCARS (Madrid), Fundación Collage (París) o Fundación "la Caixa" (Barcelona).Fundador y miembro del consejo de redacción de la revista Comercial de la Pintura, es autor de los libros de artista y poemarios como Desexo e norte (1977), Para el ojo (1981), Mitad del gozne (1991, 1997) y Sicut (1981). En 2009 la Fundación Luis Seoane (A Coruña) editó, junto con el catálogo de la exposición Neve negra, su película Tempo trenzado.

Darío Villalba fue artista pionero en el uso de la fotografía como pintura. Con 18 años realizó su primera exposición en la galería Alfil de Madrid y comenzó sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Figura clave en el desarrollo del arte posterior a la abstracción informalista de los años cincuenta; Villalba elabora un lenguaje muy personal mediante el empleo de la fotografía como soporte pictórico.

En 1970 presentó sus Encapsulados en la XXXV Bienal de Venecia, que le dieron fama internacional. A principios de los ochenta su proceso artístico se hace más complejo, utiliza imágenes de figuras humanas solitarias que presenta manipuladas y convierte en símbolos.

Villalba adopta la fotografía como soporte de las emociones que necesita transmitir; mediante brochazos de pintura, la modificación de encuadres y el velado y desvelado. Las imágenes son fotografías realizadas por él mismo, o extraídas de archivos o revistas; que selecciona, fragmenta y descontextualiza, y las utiliza como fuente iconográfica, que le permite una enorme libertad lingüística.

Su obra forma parte de grandes colecciones internacionales como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, The Metropolitan Museum of Art y The Solomon R. Guggenheim (Nueva York). Además, en 2002 fue galardonado con la Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes, otorgada por el Rey de España, y en 2003 con el Premio Nacional de Bellas Artes.

Albert Porta (ZUSH) es un artista de formación autodidacta que define su trabajo como ArtCieMist, acrónimo formado por las palabras artista, científico y místico. Sus composiciones son híbridas y variadas, utilizando técnicas como la pintura, el dibujo, la escultura y procedimientos digitales con los que recrea espacios en sus exposiciones.

Porta adopta el apodo de ZUSH a partir de 1968, fecha en la que sale de una institución psiquiátrica y crea Evrugo Mental State. Durante esa época su obra destaca por la construcción de una mitología personal de carácter biográfico; a partir del desbordamiento de la imagen y una escritura propia que organiza múltiples universos paralelos. El resultado es un sutil equilibrio entre el caos y la composición racional.

Su trabajo digital se fundamenta en un concepto ideado por él mismo: el PsicoManualDigital. ZUSH destaca por su interés en la aplicación artística de la tecnología digital, y por su defensa de las capacidades terapéuticas del arte.

Albert Porta (ZUSH) es un artista de formación autodidacta que define su trabajo como ArtCieMist, acrónimo formado por las palabras artista, científico y místico. Sus composiciones son híbridas y variadas, utilizando técnicas como la pintura, el dibujo, la escultura y procedimientos digitales con los que recrea espacios en sus exposiciones.
Porta adopta el apodo de ZUSH a partir de 1968, fecha en la que sale de una institución psiquiátrica y crea Evrugo Mental State. Durante esa época su obra destaca por la construcción de una mitología personal de carácter biográfico; a partir del desbordamiento de la imagen y una escritura propia que organiza múltiples universos paralelos. El resultado es un sutil equilibrio entre el caos y la composición racional.
Su trabajo digital se fundamenta en un concepto ideado por él mismo: el PsicoManualDigital. ZUSH destaca por su interés en la aplicación artística de la tecnología digital, y por su defensa de las capacidades terapéuticas del arte.